Mamá:
Necesito
seguir dándote las crónicas de
nuestros avatares, mantener vivo el lazo de unión con el otro lado, pensar que
estás ahí me lo hace más cercano,
incluso más humano. Ya no me asusta
tanto el laberinto de la eternidad, te tengo a ti y contigo nunca tuve
miedo. Ahora quiero pensar que la muerte es un estado más de la vida y
así se lo explico a Julia y a mi corazón.
He tomado
la laboriosa tarea de contarle a tu hermana Mary, todos aquello que nos
van aconteciendo, como hacías tú. No te
preocupes por ella, esta feliz de pensar que ya gozas de una paz merecida y
sabiendo como es, no te faltarán rezos y plegarias, aunque tú, a pesar de tu temperamento, te has ganado la
gloria a pulso, dando ejemplo de vida. Tenias muy claro los mandamientos y en
ellos basabas tus acciones, aunque no eras mucho de golpes de pecho, tenías fe
ciega en tu San Juan Bosco Bendito, que siempre te atendían en tus ruegos y
súplicas. Eras bastante difícil de definir espiritualmente, pues hacías tus
propios “remixes” que nos maravillaban.
Esperamos que nuestra tía Mary no tenga prisa por reunirse
contigo y su Juanito, como ella llama a
papá, con los abuelos y su Manolo y que vele por
nuestra seguridad espiritual, como nadie mejor que ella, ha sabido
hacerlo en esta familia. Sigue fiel a sus llamadas los domingo
y te hace memoria. No sabes cómo siente no haber podido estar en tu
despedida, pero ha gozado de la
descripción detallada de tu hermano Paco que vino a acompañarte, con Consuelo y
su hija Inmaculada, en representación de tus hermanos y
sobrinos, pues la distancia, los años que ya les pesan, los
quehaceres y lo precipitado de tu partida, no se los han permitido. Para ti llegaron flores, preciosos círculos florales, con sus
nombres, y con ellas el calor y el abrigo de todos los García.
Llevaste
claveles blancos y rojos que
representaban el amor de tus hijos,
yernos y nueras.
Hermosa
y esplendida corona de rosas
rojas de nuestro PSOE , con todo el cariño y el respeto
que tu merecías como la militante mayor de nuestra agrupación y por tu entrega
y dedicación en lo que tú podías hacer por
trasmitir y defender, con tu ejemplo de vida , aquellos ideales que
heredaste de tu padre y que has sabido
trasmitirnos.
Como no podía ser menos, corona de rosas
rojas de tus Pinto Guerra, ya sabes que tus
nietos Rogelio y Mari
Tere como jefes protocolarios son
únicos, porque mamaron de ti. Cuidaron
hasta el más pequeño detalle, como a ti
te hubiese gustado. En ellas iban todo el
amor, el bienestar, sus alegrías de vivir
y la felicidad con que los colmaste.
Tus nietos, el más culpable tu nieto Nacho,
te agasajaron con una hermosa corona de
flores, como la primavera agasaja los
campos con las más bonitas flores silvestres
rojas, amarillas y malvas, que hacían alusión a los valores e ideales que recibiste del abuelo Aurelio
y que nos dejaste como
legado y
que hoy también representan nuestra lucha por una sociedad mejor y más igualitaria.
Rosas rojas también llegaron para ti desde
Jabugo, con todo el respeto y esperando tu aprobación ya desde el más allá.
Flores y más flores. Precioso centro floral
del IES; “La Palma”, a tu persona, como
madre de quien los dirige y como
colaboradora de aquellas jornadas dedicadas a la mujer en la que participaste
aportando tu experiencia de vida, en las
que tenias un grado.
Félix y Gonzalo también te quisieron dejar
una muestra de su cariño con su arte, regalándote un ramo de rosas y cumpliendo
tus deseos, fueron ellos lo que realizaron todo el exorno floral. Calidad,
variedad, sobriedad, abundancia y derroche. Las flores eligen ATRIO y tú no
ibas a ser menos.
Nuestro Curro quiso unirse a los
honores de tus nietos, con un ramo igual
que le trajo a Mari Tere el día de su boda: la
rosa roja de la pasión para los
novios, el lirio de Nuestro Padre Jesús, hermandad de Alfonso
y el girasol de la virgen del Rocío
a la que tu nieta tiene tanto fervor como sabes. Como nos reíamos al ver
la lectura primera que hiciste de aquél ramo que creíste tuyo o el mismísimo
ramo de novia ¿te acuerdas?. Este día si fue, por desgracia, para ti
el ramo y representaba todo lo
que tú vistes en él.
Patricia también quiso unirse a nuestro
dolor, con más rosas rojas, pues de alguna forma también se quedaba huérfana.
Su inscripción no tenía precio: “Gracias por haber sido también mi abuela”. Ya no podrá seguir contribuyendo a tu colección de tazas, que ella te traía de sus andanzas por esos mundos, de
los que siempre tiene curiosidad.
Ella tampoco quiso que faltaran tus bombones
en tú funeral, fecha de tu
cumpleaños, así como Enrique cuido a tus”
invitados” en tu última noche entre nosotros, con sus
dulces familiares, queriéndonos
endulzar con ellos la amargura de
nuestro dolor.
Eran tantas flores que tus nietas, desde Elena, Ester, Almudena,
María, todas” tus Gracias” y tus Pinto, así
como tus yernos-nietos Carlos y David formaron un cortejo procesional, cual
damas de honor de una reina se tratase. Que digo!!!…eras una
reina, nuestra reina. Cómo te hubiese gustado
ver a tus nietos portándote en hombros, en tu último paseo. Allí estaban
“tus hombres”, de los que te sentías tan orgullosa, con sus mejores galas, cumpliendo la promesa que un día, cuando eran
pequeños, te hicieron, a cambio de esos mimos con los que los deleitabas. Siendo
tan pequeña tú, bien alta te llevaban.
No posaste en el suelo, tan solo
cuando Alfonso en un último pregón
para ti, con voz rota porque hablaba con el alma, a modo de despedida, envuelta en el cariño de todos los que allí
tuvimos el privilegio de
acompañarte, a los pies de la virgen y del simpecado rociero. Estas hermandades
que te cedieron sus honores en tu cortejo fúnebre, prestándote sus
sudarios; al igual que la hermandad a
los que tus nietos procesan tanto
fervor, herencia de sus abuelos paternos y a los que te unías en devoción piompera de domingo de Corpus. Y ya en el
templo parroquial postrada ante el altar,
arropada por los vecinos y amigos de
este pueblo que supiste hacer tuyo, y de los que te ganaste el respeto y el
cariño. Donde, con el sudor de tu frente, creaste tu reino matriarcal en el que nos diste cobijo.
Qué cortejo tan alegre en colores,
olores y edades tuviste!!. Tú que no
fuiste pródiga en estos menesteres, llenaste hasta la bandera y cortaste oreja
y rabo, como alguien taurinamente
comparó tu sepelio con el de un torero.
Pequeñas rosas rojas y el ramo tricolor,
tuvimos a bien posarlos en tu lecho
final y te acompañan en tu sepultura, por la significación que ellos
representan. Con ellos iban todo nuestro amor
y todo a lo que a lo terrenal te
ataron. Mientras te alzaban, mi corazón palpitaba al ritmo del Himno de Riego, que entre dientes tarareé temblorosa mientras mi vista se posaba en los que ya moraban en la sepultura. Solo pude sentir PAZ.......
Reposas ya junto a tus padres y junto al amor
de tu vida, envuelta en sudario
tricolor, como y con quienes quisiste descansar eternamente. Descansas ya mamá.
Descansa.
Precioso
ResponderEliminartal cual lo cuentas,lo vivo y revivo una y otra vez.
EliminarNo se si lo vio mientras sucedía, espero que con mi crónica le llegara todo nuestro AMOR.
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