domingo, 12 de agosto de 2012

NOVENA CARTA: " EL ÚLTIMO ADIÓS"


 Mamá:

Necesito  seguir dándote  las crónicas de nuestros avatares, mantener vivo el lazo de unión con el otro lado, pensar que estás ahí  me lo hace más cercano, incluso  más humano. Ya no me asusta tanto el laberinto de la eternidad, te tengo a ti y contigo nunca tuve miedo.  Ahora quiero pensar  que la muerte es un estado más de la vida y así se lo explico a Julia y a mi corazón.


He tomado  la laboriosa tarea de contarle a tu hermana Mary, todos aquello que nos van aconteciendo, como hacías tú.  No te preocupes por ella, esta feliz de pensar que ya gozas de una paz merecida y sabiendo como es, no te faltarán rezos y plegarias, aunque tú,  a pesar de tu temperamento, te has ganado la gloria a pulso, dando ejemplo de vida. Tenias muy claro los mandamientos y en ellos basabas  tus acciones, aunque  no eras mucho de golpes de pecho, tenías fe ciega en tu San Juan Bosco Bendito, que siempre te atendían en tus ruegos y súplicas. Eras bastante difícil de definir espiritualmente, pues hacías tus 
 propios “remixes” que nos maravillaban.





Esperamos que  nuestra tía Mary no tenga prisa por reunirse contigo y  su Juanito, como ella llama a papá, con los abuelos y su Manolo  y  que vele por  nuestra seguridad espiritual, como nadie mejor que ella, ha sabido hacerlo en esta familia. Sigue fiel a sus llamadas los  domingo  y te hace memoria. No sabes cómo siente no haber podido estar en tu despedida, pero ha gozado  de la descripción detallada de tu hermano Paco que vino a acompañarte, con Consuelo y su hija Inmaculada, en representación de tus hermanos  y  sobrinos, pues la distancia, los años que ya les pesan, los quehaceres  y lo  precipitado de tu partida, no se los han  permitido. Para ti llegaron  flores, preciosos círculos florales, con sus nombres, y con ellas el calor y el abrigo de todos los  García.
 Aún no he podido contarle de mi boca a tu hermana, porque la emoción me embarga, como, sin  tú querer flores, porque papá no las  tuvo, te colmaron con las más fragantes, llenando  el espacio en cascadas, en  tu último   reposo.
 Llevaste  claveles blancos y rojos  que representaban el amor de tus hijos,  yernos  y nueras. 
Hermosa  y esplendida corona  de  rosas  rojas de  nuestro  PSOE , con todo el cariño y el respeto que  tu merecías  como la militante  mayor de nuestra agrupación y por tu entrega y dedicación en lo que tú podías  hacer  por  trasmitir y defender, con tu ejemplo de vida , aquellos ideales que heredaste de tu padre  y que has sabido trasmitirnos.
Como no podía ser menos, corona de rosas rojas de tus Pinto Guerra, ya sabes que tus  nietos  Rogelio y  Mari  Tere  como jefes protocolarios son únicos, porque mamaron de  ti. Cuidaron hasta el más pequeño detalle,  como a ti te hubiese gustado. En ellas iban  todo el amor, el bienestar, sus alegrías de vivir  y la felicidad con que los colmaste.
Tus nietos, el más culpable tu nieto Nacho, te agasajaron con una hermosa corona  de flores,  como la primavera agasaja los campos con las más bonitas flores silvestres  rojas, amarillas y  malvas,  que hacían alusión  a los valores e ideales  que recibiste del abuelo  Aurelio  y  que nos dejaste como legado  y  que hoy también representan nuestra lucha por una sociedad  mejor y más igualitaria.
Rosas rojas también llegaron para ti desde Jabugo, con todo el respeto y esperando tu aprobación ya desde el más allá.
Flores y más flores. Precioso centro floral del IES; “La Palma”,  a tu persona, como madre de quien los dirige  y como colaboradora de aquellas jornadas dedicadas a la mujer en la que participaste aportando tu experiencia de  vida, en las que tenias un grado.
Félix y Gonzalo también te quisieron dejar una muestra de su cariño con su arte, regalándote un ramo de rosas y cumpliendo tus deseos, fueron ellos lo que realizaron todo el exorno floral. Calidad, variedad, sobriedad, abundancia y derroche. Las flores eligen ATRIO y tú no ibas a ser menos.
Nuestro Curro quiso unirse  a  los honores de  tus nietos, con un ramo igual que le trajo a Mari Tere el día de su boda: la  rosa  roja de la pasión para los novios, el lirio de Nuestro Padre Jesús, hermandad  de Alfonso  y el girasol de la virgen del Rocío  a la que tu nieta tiene tanto fervor como sabes. Como nos reíamos al ver la lectura primera que hiciste de aquél ramo que creíste tuyo o el mismísimo ramo de novia ¿te acuerdas?. Este día si fue, por desgracia,  para ti  el ramo y representaba  todo lo que tú vistes en él.
Patricia también quiso unirse a nuestro dolor, con más rosas rojas, pues de alguna forma también se quedaba huérfana. Su inscripción no tenía precio: “Gracias por haber sido  también mi abuela”. Ya no podrá seguir  contribuyendo  a tu colección de tazas, que ella  te traía de sus andanzas por esos mundos, de los que  siempre  tiene curiosidad.
Ella tampoco quiso que faltaran tus bombones en tú  funeral, fecha de tu cumpleaños,  así como Enrique cuido a tus” invitados” en tu última noche entre nosotros, con  sus  dulces familiares,  queriéndonos endulzar  con ellos la amargura de nuestro dolor.
Eran tantas flores  que tus nietas, desde Elena, Ester, Almudena, María, todas” tus Gracias” y  tus Pinto, así como tus yernos-nietos Carlos y David formaron un cortejo procesional, cual damas de honor  de  una reina se tratase. Que digo!!!…eras una reina, nuestra reina. Cómo te hubiese gustado  ver a tus nietos portándote en hombros, en tu último paseo. Allí estaban “tus hombres”, de los que te sentías tan orgullosa, con sus mejores galas,  cumpliendo la promesa que un día, cuando eran pequeños, te hicieron, a cambio de esos mimos con los que los deleitabas. Siendo tan pequeña  tú, bien alta  te llevaban.  No posaste en el suelo,  tan solo cuando Alfonso en  un  último pregón  para ti, con voz rota porque hablaba con el alma,  a modo de despedida,  envuelta en el cariño de todos los  que allí  tuvimos el  privilegio de acompañarte, a los pies de la virgen y del simpecado rociero. Estas hermandades que te cedieron sus honores en tu cortejo fúnebre, prestándote sus sudarios;  al igual que la hermandad a los que tus nietos  procesan tanto fervor, herencia de sus abuelos paternos y a los que te unías en devoción  piompera de domingo de Corpus. Y ya en el templo parroquial postrada  ante el altar, arropada  por los vecinos y amigos de este pueblo que supiste hacer tuyo, y de los que te ganaste el respeto y el cariño. Donde, con el sudor de tu frente, creaste  tu reino matriarcal en el  que nos diste cobijo.
Qué cortejo tan alegre en colores, olores  y edades tuviste!!. Tú que no fuiste pródiga en estos menesteres, llenaste hasta la bandera y cortaste oreja y rabo, como alguien  taurinamente comparó  tu sepelio  con el de un torero. 
Pequeñas rosas rojas y el ramo tricolor, tuvimos a bien posarlos en tu lecho final y te acompañan en tu sepultura, por la significación que ellos representan. Con ellos iban todo nuestro amor  y todo a lo que a lo terrenal  te ataron. Mientras te alzaban,  mi corazón palpitaba  al ritmo del  Himno de Riego, que entre dientes tarareé temblorosa mientras mi vista se posaba en los que ya moraban en la sepultura. Solo pude sentir PAZ....... 

Reposas ya junto a tus padres y junto al amor de tu vida,  envuelta en sudario tricolor, como y con quienes quisiste descansar eternamente. Descansas ya mamá. Descansa.

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