lunes, 24 de septiembre de 2012

CARTA 15 :"OCHENTA Y TRES DÍAS SIN TI"






 La  lucha, en la batalla diaria, me trae hasta aquí.
Cansada,  hastiada, desencantada, dolida,
Decepcionada, confusa, desprotegida,
Abandonada, desheredada, olvidada, vencida.
Te busco en lo material de la vida.
 Donde  tu recuerdo aún se refleja fuertemente.

Ayer estabas, ocupabas el espacio,
Tenías cuerpo, piel, olor,  dolor.
Sentías, amabas, pensabas, soñabas.
Hoy  eres molécula corrupta, etérea, fugaz, volátil,
Reacción química, materia transformada….

¿Y tus manos generosas, tu piel tersa, tu pelo algodonado?
¿Y tu alma,  tu corazón, tus deseos,  tus sueños, tu voz, tu sonrisa, tu esperanza….?
A dónde los dejaste??? Dónde los guardas??   





               

Si juntas teníamos  más camino que recorrer.
Si teníamos proyectos, deseos, ilusiones, esperanza….
Si no arreglamos el mundo aún,
Si no era tu fin, tu final, tu the end,
Si no pusiste tú el fin, ¿quién decidió tu  marcha??




Quiero creer que al final eres libre
Del desorden  social, de lo injusto,
De saldos, facturas, pensiones, recortes,
De  penas, pesares, de males, de malos, de buenos
De  hijos, de nietos, de yerno, de nueras, de lo familiar….de lo nuestro
De tu edad, de tus años, de tu piel, de tus huesos.
De  tu pasado, de  tus recuerdos.







 Ahora  serás libre, nada te ata.
 Solo  mi insistente recuerdo  te amarra a mi alma,
Más no puedo olvidarte, me haces tanta falta…
No tomo fuerzas, no avanzo
Me posee  el desencanto,
lo absurdo ,  lo injusto, .lo fugaz de la vida,
Tu sombra sobre la casa.



Abro el correo, doblo la ropa, hago la compra
Cuido  la dieta siempre del otro….
Hago memoria de tu cocina,
En la despensa, me falta azúcar,
Tila y  aceite, también  harina…
Y tu dos manos…..
siempre dispuestas  para dar  pan

Lavo, plancho, coso el botón siempre caído,
con una aguja  de manos torpes para los hilos.
…Exhausta acabo todos mis días!!!



Tengo la suerte de ir a la escuela, 
Donde me escapo de tus  pesares,
Son otros males los que me acechan.
Con paz y entrega la letra entra
A, b, c, …..1,2,3
María, Juan o Manuel……
Me dan la causa para volver.
En ellos veo el pan
En ellos la senda que nunca volveré a pisar
Haciendo camino, para no pasar sin mas.


Aquí me dejaste, al pie del cañón
Sin querer batallas, solo paz y amor
Al frente de todo y de tu recuerdo en mi corazón.









sábado, 8 de septiembre de 2012

CARTA 14ª:" EN EL DÍA DE LAS GRACIAS, FELICIDADES MAMÁ"


Mamá:
Esta mañana desperté bien temprano, con las claras del día aún perezosas. La luna se ocultaba tras una neblina que nos anunciaba que el otoño se aproxima, y mi corazón presagiaba un mal día para mí, el primer  8 de septiembre sin ti. La mañana invitaba a retrasar el despertar  y acurrucada en la cama volví a dormirme. Me desperté  inquieta por  el sueño  donde te he visto llena de vida contándonos, como siempre hacías, como fue el día que naciste y como tu padre decidió  llamarte Gracia, como su madre, tu abuela, nuestra bisabuela Gracia, de la que tanto nos hablaste a lo largo de tu vida, en  un día tan familiar como el de hoy,  día de todas nuestras Gracias, tu santo mamá.
Mientras escribo, la tarde cae tristemente y se aproxima con temor para mí la hora del café. Hoy tendríamos la casa llena, habría  tarta y dulces  de los que te gustaban a ti, el teléfono hubiese sonado sin descanso, para felicitarte. Las risas y la tertulia estarían aseguradas. Nada  de eso sucede, solo hay quietud y silencio desgarrador que me  hace romper en lágrimas. No importa, estoy sola. La soledad de la tarde me va llevando a tu recuerdo y a como contabas tu propia historia, cada año, que ahora es la historia de todos los que formamos  esta familia

Contabas con tal riqueza de detalles y la entonación era tan perfecta, que parecía más un cuento de hadas que tu propia vida narrada. Recuerdo que contabas que  veías a tu padre, como él te contaba todos los años en tu cumpleaños, subiendo las cuestas del Albaicín, en Granada, en busca de su madre, para anunciarle el nacimiento de su nieta, que era ya la cuarta después de tres hijos varones nacidos, pero que no sobrevivieron.
-¡¡¡¡ Mamá, mamá!!!!,  que ya ha nacido , es una niña, una Gracita como tú!!!!!.Decías que pregonaba tu padre calle arriba, hasta llegar donde ella  vivía, en El Convento de Santa Isabel, donde  con su marido, tu abuelo Frasquito, eran los guardeses  de aquel  lugar santo.
Tu abuelo había sido encargado de unos  telares en Granada, pero a causa de una fuerte impresión, al quedar electrocutado uno de los empleados del telar, tubo una parálisis que lo dejo impedido en una silla de ruedas y fue en El Convento de Santa Isabel  dónde pudieron seguir ganándose la vida, en una España que aún estaba muy lejana de tener servicios, ayudas  y bienestar social. Recuerdo como el abuelo contaba, cómo era la vida de los obreros de aquella época, sin ningún tipo de ayudas, ni de pensiones. Eran sus hermanos y él, cuando ya se hicieron  mayores sus padres, los que se hicieron  cargo de ellos, atendiéndolos en todas sus necesidades, como  hacían todas las familias de aquella época.
Tú recordabas la casa de tu abuela, muy  humilde pero muy limpia, donde  brillaban los morteros, las fuentes o los platos de cobre a los que tu abuela sacaba brillo con el zumo de un limón. Dónde siempre había fruta fresca de los Cármenes de alrededor. Te encantaba, por la mañana temprano, desayunar higos fresquitos  que os cogía tu abuela de la higuera, que daba sombra al patio.. El bullir del agua de sus  fuentes puso  la música, a la banda sonora de tu infancia, sonido que nunca más volviste a escuchar con aquel brotar continuo  de las cumbres nevadas granadinas. El olor lo pusieron la hierba buena, la albahaca, la dama de noche, los celindos, las rosas de pitiminí, los jazmines que adornaban las tapias de los Cármenes. Te encantaba ir con tu padre  y tu hermano Aurelio o con tu tío Miguel, con el que jugabais envueltos los dos en su capa, a bajar las cuestas con los ojos cerrados.  Tus recuerdos de aquella Granada, de niña, eran  estos momentos familiares. Subir o bajar  las empinadas cuestas empedradas del  Albaicín, a orillas del Darro,  a los pies de la Alhambra, viendo correr el agua por los canales que bajaban desde Sierra Nevada, parándote en las fuentes  de los manantiales o beber el agua fresca del Avellano con un buen puñado de anises. Saborear aquellos barquillos de canela, dónde hacíais girar una ruleta no recuerdo muy bien cómo. Recordabas con agrado también, que os llenaran las manos de almendras o cacahuetes recién tostados. Los paseos de la mano de tus padres por El Salón, parando parar tomar una leche rizada en Bernina. Ir al cine y ver películas aún mudas o jugar en la plaza de Mariana Pineda próxima a la calle San Matías, donde vivíais. Tu colegio, tu abrigo blanco de piel. Tus dos negritos que tocaban los timbales, que escogiste  en una juguetería, dónde el dueño te dejo elegir lo que quisieras, en agradecimiento a tu padre, que le abrió el vagón del  mercancías, dónde  habían llegado los juguetes con retraso, en las vísperas de Los Reyes Magos y de los que tu madre siempre te reprochó que elegiste  lo más barato de aquella hermosa tienda, pero muy vistosos, según tu, porque adornaron vuestro salón durante años.
Como recordabas también la noche que os enterasteis que se proclamo el  gobierno de La República, recién nacida tu hermana Mary. Con  que ilusión soñabais que traería el progreso y la igualdad para todos. Recordabas también  como tu padre te mandaba  a correos a certificar las cartas de la agrupación socialista a la que pertenecía y cómo te gustaba ir allí a ver las representaciones teatrales  o a otros actos culturales que realizaban. Cómo conociste  a personajes de la vida política de la Granada de entonces y del gobierno republicano, como Don Fernando de los Rios   de la mano del abuelo, donde era vicesecretario general de  la agrupación socialista en Granada y secretario general de la agrupación sindical del gremio de  los ferroviarios. Todos los  gremios se agrupaban en la casa del pueblo granadina. De él  contabas una anécdota muy graciosa de como Don Fernando te saludo con un beso y te metió su barba en el ojo que se te puso lloroso y él te ofreció su pañuelo para que te limpiaras.
Todos aquellos buenos tiempos quedaron  atrás, tras estallar la Guerra Civil que  hizo que dejaras de ser niña para convertirte en una adolescente- mujer. Pero esa será otra historia, que quizás cuente otro día.





Hasta hace tan poco has  disfrutado  de un buen puñado de Gracias: Gracia Guerra, tu hija, mi hermana. Profesional incansable de la enseñanza, dónde va creciendo y dejando atrás una estela  generacional de alumnos/as, en su ya 35 años de servicio y que al día de hoy sigue luchando por su gremio, una escuela pública de calidad, de todos y para todos, por la sangre jacobina que lleva dentro, herencia de su abuelo, tu padre.  Gracia García tu nieta mayor con tu nombre, que le puso mi hermana Dory, su madre. La vida la meció en brazos hasta que esos brazos que la sostenían la dejaron caer duramente,sin esperarlo y de cuyo golpe lo único bueno que le quedó es su precioso hijo, Hugo . Hoy se repone de las heridas gracias a la ayuda incondicional de sus padres y a su dignidad como mujer. Heredó ella sola todo el arte en el baile de esta familia.   Gracia Rodríguez que bautizo mi hermana Gracia, e hija de mi hermana Encarnita. Ella heredó de ti tu espíritu maternal y la vocación de madre de familia incansable. Gracia Ávila quien le puso el nombre Ignacio, su padre, y al que siempre estuviste agradecida por este hecho. Ella heredó tu espíritu crítico  y el sentido de la justicia y la apariencia de mujer fuerte que se crece ante la adversidad, que tanto te caracterizaba. Gracia Pinto, mi hija, a la que en bendita hora le puse tu nombre, pues es la más parecida a ti en su físico y en su talante. Es de espíritu fuerte, con un gran sentido de la responsabilidad y el compromiso, que como en ti, en ella es innato.


Tus 5 Gracias y tú

Todas como vosotras dos, tu abuela y tú, mujeres de bandera que han sabido o van sabiendo luchar por la vida con inteligencia y con suficiente personalidad para vivir intensamente, campeando los temporales, entregadas a sus responsabilidades y triunfando en todo aquello que se proponen, su nombre las dejó marcadas. Tienen ese talismán.




Esta es tu historia por ti narrada siempre, en este día de celebración mariana. Hoy he sido yo la que pone voz a tu historia, para que sea conocida por aquellos de esta familia en años venideros, que deseen  conocer sus raíces, conociendo tu historia. Por los hijos, de los hijos, de tus hijos. FELICIDADES MAMÁ. FELICIDADES ABUELA GRACIA. Felicidades a todas y cada una de las mujeres de esta familia que tienen el privilegio de llevar tu nombre!!.

domingo, 2 de septiembre de 2012

CARTA 13ª: " ESTARÁS SIEMPRE EN LOS EVENTOS FAMILIARES"




Mamá:
En estos días en casa hemos estado revueltos, pues tu hermana menor nos anunció su visita, desde Extremadura. Todo han sido trajines de acá para allá, preparativos y nervios, ya que en mí recaía toda la responsabilidad como anfitriona y tú me habías puesto el listón muy alto. La tensión y los nervios se habían apoderado de mi en los días anteriores a su llegada, ya que  temía el encuentro con alguien tan allegada a ti, por verte en ella reflejada y notar aún más tu ausencia y también porque dudaba de la reacción de ella al no encontrarte físicamente en casa. Temía también el tener que reiniciar  de nuevo tu duelo, teniendo aún fresca la herida de tu pérdida.
Todos mis temores se esfumaron cuando pude reconocerte en su mirada, en esos ojillos vivarachos tan García, en su sonrisa, en su pelo blanco, aunque ella lo torna grisáceo, en sus expresiones, en su forma de llamarnos al orden, en su naturalidad al magnificar las cosas o las personas, y en su afán porque siempre brille la buena educación.
En tu casa siempre cualquier miembro de la familia era recibido con todo los honores, era atendido como en el mejor de los hoteles, dentro de nuestras posibilidades, e incluso se hacía el esfuerzo por  que no faltara ningún detalle, para hacerle al visitante la estancia grata y acogedora. Te esmerabas en los preparativos  y tu casa brillaba más que nunca. No se cómo lo hacías, pero eras capaz de atender y conversar con los  invitados al mismo tiempo y hacerles sentirse agusto y cómodos.  Eras rápida en la preparación del menú y más rápida aún para que todos estuviesen atendidos en su justo momento y sin demoras. A todos nos dabas una responsabilidad y bastaba una mirada tuya para saber que querías que hiciéramos y actuáramos. Al final siempre quedabas como una reina. Nunca estaré  a tu altura. Estabas hecha de otra piel. Me enorgullece tanto pensar en ti....
Durante estos días te he necesitado en todo momento y parecía que sentía tu presencia a mi lado que me iba diciendo que tenía que hacer y cómo. 
Tu hermana me ha ayudado mucho a sentirme bien y no derrumbarme, ya que venia acompañada de sus hijos Encarnita, Aurelio y Estrella  que nos han hecho que los días hayan sido más gratos,  hemos hecho terapia de grupo a través de la risa y de la tertulia alrededor de un  café y de una agenda que no nos ha dejado relajarnos, aunque nos han faltado días. Hemos estado más pendiente del rencuentro entre los primos, sus hijos y nietos que en hacer memoria de lo acontecido  en esta familia al principio de este verano, tan nefasto para todos.  Ha sido una visita de consuelo, he podido sentir la caricia grata de tu hermana, su protección y su afecto en sus palabras. Y el calor y  el afecto también de sus hijos. He descubierto aquellas cosas que me unen a mis primos, posiblemente por la carga genética o por la misma educación que recibimos de nuestras madres. Gestos de tu hermana, frases, dichos, te traían hasta mí. Las historias familiares contadas por ella, las fotos del pasado,….todo esto  también te han traído  al presente…. 
Hemos compartido con ella situaciones dolorosas familiares no reveladas por ti para no herir la tranquilidad en la que ella vive y con lo que tú sufrías en silencio, no eras amigas de divulgar ni compartir las tristezas, las sufrías en silencio o a lo más con tus hijos. Ella también ha rellenado lagunas de tu pasado, que por ser años difíciles, preferías obviar.









Como hubieses disfrutado  de ver a tus hijos  y tus nietos  de anfitriones.
Estuvimos en casa de Graci y de Encarnita donde también recibieron a tu hermana con todos los honores.La primera nos abrió su casa de la playa y se esmeró y esforzó en atendernos. Pudimos disfrutar de la orilla del mar, pero a mi se me hizo muy extraño y me dio rabia que no pudieras disfrutar con ellos.No pude mirar a mi tia paseando por  la orilla o sentada en su butaca leyendo "Los Cuentos de La Alambra", tu sombra planeaba más que nunca en esos momentos, sobre nosotros. 
A casa de Encarnita acudimos después de una misa celebrada en tu memoria, en la ermita de la cruz de la que tus nietos te hicieron hermana. Fue un acto íntimo donde, además de casi todos nosotros, nos acompañaron vecinas y devotas de la cruz de la Calle Sevilla. Coincidió con el cumpleaños de tu nieto Rogelio, el 1er cumpleaños después de tu partida, dónde por sorpresa para él, Alicia y Enrique se encargaron de que hubiese tarta, velas,  amigos y familiares que con alegría lo arroparon con cariño y le entonaron “cumpleaños feliz” a toque del tamboril mágico de Jorge, del que tanto presumías. La noche se desbordó  de emoción en ese momento  y  tu nieto de tu alma y muchos de los presentes no pudieron contener las lágrimas, te echaban de menos mamá. Ese sonido rociero, nos traía  el recuerdo de verte feliz entre nosotros en días de romerito o de Rocío, de domingo de Corpus o de cualquier evento familiar, donde la guitarra, la caja y el tamboril suenan con la alegría de los más jóvenes de esta familia.


 A pesar del jolgorio, las risas, el estruendo de los más pequeños, en nuestros corazones estaba presente tu vacío  y eso me apena enormemente, porque es ahí donde sufrimos también tu ausencia, en esos momentos  familiares de color  y alegría que te daban la vida. No se cuanto tiempo tardaremos en pensar en ti sin esta pena que nos desgarra el alma, como nos vamos a ir acostumbrando a la falta de tu presencia física en  los acontecimientos y  movidas  familiares, en la que tú sabes que son tan frecuentes por la cantidad de miembros que la componemos, que nos da para mucho y por la juventud que dirige ya esta saga que tú creaste. 





Dije adiós a tu hermana  y mientras el coche se alejaba, pensé correr tras el y agarrarme fuertemente a ella para no dejarla marchar. Con ella  de nuevo te marchabas tú....Aún me dura la resaca de este encuentro familiar, que pone fin al periodo vacacional.

Seguiré haciéndote justicia mamá. Esta saga familiar te echará siempre de menos.