sábado, 13 de octubre de 2012

CARTA 16: " LUCES DE OTOÑO "



Mamá: 
De repente los días se han vuelto breves. Llegó el otoño al fin, para terminar con este verano maldito, que se nos fue llevándote a ti con él.
La luz empieza a llegar tímida tras la cristalera que diseñaste, hace tantos años, para disfrutar de la caricia del sol bendito de esta tierra que,  a ti,  te daba vida. Ya no es la misma luz a la que, hasta hace unos días, cerrábamos el paso, para buscar el frescor, bajo la sombra de lona  del patio. Esta me trae  tu presencia.
 A media mañana la luz abraza suavemente el salón, donde ahora te pondrías a leer o a coser aquellos manteles que no llegue a  comprar y que programaste como tarea en este otoño, cuando la calma y la quietud volvieran a casa.
 El rayo de luz proyectado sobre el sofá deja ver tu silueta y me traen recuerdos de otro tiempo tan próximo  y tan lejano ya, por ser historia tuya ahora.
En la terraza, el sol ya no pasa dos palmos de la tapia de celosías, pero aún llena el espacio resaltando el verdor de las plantas, el brillo de las cerámicas y el colorido de las flores perezosas que se empeñan en llenar aún nuestro Edén  familiar de primavera.
 La temperatura es tan buena, que me recuerda que siempre decías que era la mejor época del año en esta tierra.
 No es la misma luz, no. Falta la luz radiante de tu presencia, de tu  pelo algodonado y brillante al sol, de tu piel aun tersa, de tus gestos y miradas que hablaban por ti desde tu trono real, que ahora yace vacío,  donde descansabas agotada tras la ducha y, ya en este tiempo, dormitabas mientras te dejabas acariciar por sus rayos  otoñales, guardando así salud y energía para el invierno y dónde también recibías, esperando con impaciencia, la llegada de la primavera. 
Se acabó el bullicio estival, el ir y venir de tus nietos, el tiempo de ocio. Nuestros días ahora son rutina de obligaciones, horarios y tareas que van dejando pasar lentamente las semanas.



Gracita se nos ha ido para seguir formándose académicamente, ahora en lenguaje de signos, añorando su Granada, a la capital onubense. Como me duele en el alma no haber podido mandarla, como eran sus planes, de nuevo a Granada. Si no te hubieses ido, entre tú y yo hubiésemos hecho el esfuerzo, para beneficio y felicidad de ella, y como a ti y a mi nos hacia tanta ilusión. Ella quiere que sepas que, a pesar de todo,  aquí también esta ilusionada y contenta.

Rogelio, hace propósitos de centrarse en su final de carrera, como te prometió en tu lecho de muerte, pero ya forma parte de la ejecutiva en nuestra sede local, junto con Alfonso, donde  han dejado paso ya a la gente joven como ellos, que llegan pisando fuerte, en estos momentos de crisis que, por desgracia, has conocido y que te angustio tanto en tus últimos días, restándote ilusión de vivir. Sé que te sentirás orgullosa de él, como siempre, aunque estas obligaciones a las que él solo se compromete, le restan tiempo de estudios, pero le hacen crecer como persona y como militante. Nace de él mismo de forma natural .Ya sabes que llevamos en la sangre el deseo de aportar nuestro granito de arena para que este mundo mejore. Es la filosofía de vida que nos enseñaste.

Laura, sonríe feliz, (si la vieras tú también sonreirías), por fin ocupa su tiempo en proyectos reales, aunque temporales, que quizás sean el principio de un futuro más prometedor. Aunque debería  deshacerse de otros lastres, que no la frenen en sus deseos de futuro y recibir de este  lo que ella, como tú y yo queríamos  y deseábamos, se merece.

Alicia se debate entre sus deseos de emprender su proyecto de vida con Enrique y las  necesidades de la casa, queriendo  encontrar el punto justo del equilibrio en su conciencia,  dónde  tú eras la única que te atrevías a llamar.

Mary Tere fantasea con su maternidad, que aún no se hace realidad para mi pesar. Serás la primera en saber de esa buena nueva.
 Como me hubiese gustado que hubieras participado de la ilusión de recibir y criar un biznieto en la casa, por esto y otras cosas que vendrán, no me perdono que te hayas ido. Me consuela pensar que  con estas nuevas semillas, seguirás estando viva en este otro lado de la vida.
Julia inicio su 3er ciclo de primaria, ya entró en 5º curso. Estarías contenta de verla, trabajadora y estudiosa. Intentamos darle forma a su voluntad y  a su responsabilidad entre todos. Acordándose de ti, en todos y cada uno de sus momentos vividos, con alegría y humor. Ya no protesta ni llora cuando echa de menos los sabores de tus comidas, al contrario, me dice:” esto no sabe como lo de la abuela pero….. casi”.

Rogelio, necesitó tu marcha para tomar conciencia de todo lo que le decíamos y ahora cada día esta mejor y más repuesto, gracias a los buenos cuidados míos y a que lleva una vida sana, aunque no te lo creas. Ha sido la prueba más dura desde que te marchaste, sacarlo a él a delante, darle ánimos e ilusión de vivir de dónde yo nos lo tenía.

A la tía Pepa la casamos, con todos los honores y pleitesía que tus nietos saben organizar y ella se merecía. Alfonso, como concejal, los casó y  Rogelio, Mari Tere y Julia con Pilar y otro amigo de Pepa, dieron forma al acto que fue muy bonito y emotivo. Te hubiese encantado haberlo vivido. Recuerda que fuiste la primera en la lista de invitados. Cada día nos alegramos más de que ella haya formado una familia, con todas las consecuencias que ello conlleva.





Vivimos, mamá. Luchando por salir adelante día a día, saltando tantas dificultades, que tu marcha y esta maldita crisis nos agravian.
Pero ya es otro vivir, otro caminar. Se acabaron las risas ensordecedoras, las carreras, los zafarranchos con música para todo el barrio. Las tertulias, los debates, las voces. Es como si contigo se hubiese marchado la niñez y la juventud de esta casa y todos de pronto nos hubiésemos convertido en adultos. Preocupados solo por salvar nuestro día a día, viendo el futuro  muy lejano y oscuro y deseando solo 
salud para todos.



Desde dónde estés, no nos abandones y míranos con ojos de misericordia, como solías pedirle a San Juan Bosco. Yo pienso en ti cada noche y te alzo mis plegarias y súplicas, porque eres mi mayor fe. Así siento tu calor y tu fuerza.










No hay comentarios:

Publicar un comentario